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Té verde, el secreto del samurái

  • Tete, by Carolina López Martin, tea sommelier.
  • 29 sept 2016
  • 2 Min. de lectura


¿Podrías distinguirlos? Si, si, son samurais. Sus temibles armaduras, espadas y cascos son legendarios. Y aunque parezca ilógico, también la ceremonia del té es legendaria en el camino de estos guerreros. El obituario de un famoso general habla con admiración de sus más de doscientas decapitaciones en una batalla. Añade que también era un gran maestro del té.

Puede parecer incongruente, y hasta cómico, que los guerreros más temidos, fueron los principales profesionales de la ceremonia del té. Y es que allí se refleja su propia identidad, la cual fue construida con bases en el budismo Zen: la disciplina, el ritual, la purificación y la simplicidad. Los samurais eran aterradores, pero a la misma vez debían cultivar su espíritu.

Llegaron a ser el grupo dominante en la sociedad japonesa en el siglo X de la era cristiana, cuando se impuso la autoridad local del shogun –el “señor feudal”–, mientras el emperador era una figura decorativa. Los samurais estaban al servicio de los clanes dominantes y jugaron un rol en las luchas civiles japonesas, hasta que en el siglo XIX, durante la época Meiji, se impuso la restauración del poder imperial. Sobresalían por su código moral, conocido como “Bushido”, que, traducido al castellano, sería “El camino del guerrero”. Estas reglas acentuaban la lealtad al maestro, la autodisciplina y el respeto hacia uno mismo, además del comportamiento ético.

Son los samurais quienes desarrollan el ritual de la ceremonia del té y lo hacen popular entre las clases dominantes, hasta convertirse en una parte fundamental del protocolo de la corte imperial. Se considera que la ceremonia del té ha sido una de las influencias más poderosas de todos los tiempos en la sociedad nipona, al punto que el desarrollo de las formas de cortesía cotidiana de los japoneses obedece sobre todo a los formalismos que se observan en la ceremonia del “chanoyu”.


Esta ceremonia era parte integral de la formación de estos guerreros, afilando su agudeza, centrando su concentración y paciencia. Esto los preparaba para dominar la violencia explosiva que se podía desencadenar en batalla.

El té utilizado en dicha ceremonia era tan distintivo como la ceremonia misma: té verde matcha. Un polvo a base de hojas sin venas provenientes de los arbustos de camellia sinensis que crecían a la sombra. Las plantas eran cubiertas con mantas durante tres semanas antes de su cosecha para bloquear la luz del sol y aumentar la producción de clorofila. La hoja se muele lentamente por molinos de piedra; puede tomar una hora producir unos 10 gramos. De allí costo.

La preparación del té y especialmente su batido demanda una exacta precisión y manejo experto. Unos pocos gramos, segundos y/o grados de más, producen un lodo verdaderamente horrible, una amarga espuma. Bien preparado, como en la ceremonia, trata de un licor sutil, con aroma a hierba y ligeramente dulce que permanece en el paladar.

Los samurais se han ido, la ceremonia es principalmente para turistas, pero el matcha continua presente y cada vez más cerca de occidente.-

Referencia bibliográfica:

  • The Japanese tea ceremony: tea for all nations / by Brother Joseph Keenan, Ph.D., FSC.

Izuka, Kunio; Clive Sinclaire (2001). Samurai: The Weapons and Spirit of the Japanese Warrior. Globe Pequot.


 
 
 

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